Estas enchiladas probablemente no sean lo que normalmente se acostumbra en la gastronomía mexicana, sin embargo es la manera en que las he acostumbrado en casa desde que tengo memoria, así que para mi son las mejores. Además de que no tienen aceite y son vegetarianas.

Igual podrían acompañarlas con unos frijoles de la olla o unas papas cocidas (servidas a parte) para darle otro impulso de sabores (mi papá suele comerlas acompañadas con una taza de caldo de frijoles caliente, por ejemplo). También podrían ponerle pollo deshebrado para añadir más proteína.

Ingredientes

• 2 Chiles mirasol
• 2-3 Jitomates (depende del tamaño)
• 1 Diente de ajo
• 1 Bolita de masa (del tamaño de una pelota de golf o poco más grande)
• Cebolla picada en cuadritos
• Queso de mesa ó seco (rallado o triturado)
• Lechuga picada
• Sal
• Tortillas de maíz
• (Opcional) Crema

Procedimiento

Hierva Los chiles junto a los jitomates en una olla pequeña. Una vez hervidos, licuar los chiles, jitomates, la masa y el diente de ajo con un poco de agua. (Procure no agregar mucha agua, ya que la mezcla deberá reducir hasta tener una consistencia grumosa (como el mole, pues).

Vierta la mezcla en una cazuela y mantenga la mezcla en movimiento a fuego medio hasta que el sabor de la masa no sea tan obvio (Que la masa esté cocida, en otras palabras). Agregue sal al gusto y el mole está listo.

Tome una tortilla caliente, y sumérjala en la cazuela del mole por ambos lados, de manera que se impregne de mole por ambos lados (o puede ponerla en un plato y untar el mole con una cuchara por ambos lados), agregue cebolla y queso al interior y enrolle la tortilla.

Una vez hecha la cantidad de enchiladas deseadas, espolvoreé un poco más de queso encima de las mismas, agregue un poco de crema y luego agregue una cama de lechuga y agregue salsa picante de su preferencia (un chile de molcajete es altamente recomendado).

Disfrute su platillo.